La riqueza folklórica de Quintanilla de Tres
Barrios es cualitativa y cuantitativa. Como cada pueblo, ha venido conservando
un considerable abanico de canciones, romances, coplas, chascarrillos, etc. que
se han manteniendo oralmente de generación en generación. En la actualidad
comienzan a perderse porque no se prodigan este tipo de canciones y la
despreocupación por recopilar la cultura tradicional de los pueblos no siempre
goza de buena salud. La desidia ha hecho que buena parte del cancionero no haya
florecido y se halle perdido en la profundidad de la mente o borrado
irremisiblemente. A ello contribuye el hecho de que estas canciones no se
encuentran recogidas en ningún soporte escrito.
La mayoría del cancionero popular aquí expuesto, así como la
amplia gama de canciones que aparecen en el apartado de Costumbres y Tradiciones
de esta web, han sido recitadas por personas que en el momento de recogerlas
eran bastante mayores, hoy fallecidas, haciendo gala de unas facultades mentales
extraordinarias. Por otra parte es evidente que a pesar de la edad, el recuerdo
se mantuvo fresco en la memoria porque estas canciones formaban parte de su menú
diario al ser cantadas en cualquier parte y lugar.
El hecho de que se trate de canciones o romances de base oral
hace que se pierdan con mayor facilidad. Se conservan algunas coplas que por lo
general se compraban en las fiestas y ferias a las que acudían los ciegos con
sus lazarillos a recitarlas y venderlas. Aún hoy se conserva en la memoria de
sus gentes el recuerdo de estos personajes por su melodiosa voz o por la
sensibilidad con que su acompañante tocaba el instrumento musical al tiempo que
recitaba la copla.
La diversidad temática del cancionero ha dado a la cultura
popular de Quintanilla de Tres Barrios una riqueza extraordinaria.
Desafortunadamente hoy no podemos recoger todo aquel bagaje que un día imperó
entre las gentes del pueblo. Queda pendiente un pormenorizado estudio de
recopilación porque hay material pendiente de sacar a la luz para hacer más
fructífera la gama del cancionero. Eran canciones que se cantaban
espontáneamente aprovechando el juego correspondiente, la celebración festiva, o
la ocasión propicia para cantar uno u otro tema. Siempre había un momento en que
se oían los sones de alguna canción. Bueno, no siempre porque la fiel tradición
obligaba a que en determinadas fechas no se cantase o si se cantaba tenía que
ser obligatoriamente unas determinadas canciones.
Queda la ventana abierta para una mayor recopilación de canciones
y romances que pueden quedar rezagados en la memoria de las gentes de
Quintanilla. Esperemos que estos ejemplos sirvan para hacer un pensamiento
profundo y salgan a relucir aquellas coplas, chascarrillos o canciones olvidadas
no recogidas en este trabajo. Quedamos a la espera de que así sea.
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